Clínicas y centros médicos

En este tipo de servicios y establecimientos la cuestión relevante es la de la percepción olfativa. Tiene una importancia notable en la sensación de bienestar de clientes, pacientes y acompañantes que acuden a clínicas y centros médicos, farmacias, consultas dentales, centros de rehabilitación y fisioterapia, parafarmacias, residencias geriátricas y centros de día, con sus salas de espera, consultas, pasillos y zonas de actividad.

En ninguno de los establecimientos de este sector existe un problema de higiene. Tanto por la naturaleza de su profesión como por su propio interés y el de las personas que buscan su servicio, la plantilla de profesionales que atiende estos centros está capacitada y cuenta con las técnicas de desinfección e higienización adecuadas.

Dicho esto, una desinfección acometida con productos efectivos pero con un rastro oloroso demasiado acusado, puede generar un rechazo subconsciente entre la clientela. Es obvio que la higiene no basta cuando se desea proporcionar un ambiente agradable, lo más cómodo y relajado posible para quien trabaja en estos locales y quienes los frecuentan. La opinión de estos últimos, y, en su caso, la de los que les acompañan es muy importante porque de su parecer depende que busquen otra clínica o centro médico o consideren que el trato personal y profesional que reciben va acompañado de buenas sensaciones, muchas de las cuales tienen que ver con las fragancias percibidas de forma consciente o inconsciente.

Pongamos un ejemplo extremo, pero gráfico: el desagrado que produce el olor a lejía, un potente eliminador de gérmenes y bacterias cuyas emanaciones por lo general repelen a las personas. El cloro es un formidable recurso para la limpieza y la esterilización aunque, como casi todos los desinfectantes, deja una impronta olorosa que incomoda a los visitantes. Muy parecido a lo que ocurre en los establecimientos hoteleros, en el sector de la hostelería o en spas y gimnasios.

Y más allá de la aplicación de algunos desinfectantes que en ocasiones pueden llegar a no ser tan agresivos en su olor, está el hecho de que la clientela se sienta positivamente predispuesta hacia el entorno, algo que sólo se puede alcanzar con fragancias e instalaciones específicas para dicho objetivo. Nunca puede haber disonancia entre lo que se ofrece, cuidados relacionados con la salud, la recuperación o el mantenimiento del esto físico y el bienestar de las personas, y lo que ellas perciben a través de un sentido tan emocional e inmediato como el olfato.

El sentido del olfato, ya lo hemos mencionado en otros escritos, es el único que no pasa por los filtros valorativos del razonamiento. Uno puede evitar mirar, tocar, oír o degustar algo, pero es imposible evadirse de los olores y que ello pueda afectar las impresiones y decisiones de los clientes o pacientes y sus acompañantes.

Solo Innovaciones ha desarrollado hasta ahora 46 fragancias exclusivas. De ellas, las más adecuados para clínicas y centros médicos, farmacias, consultas dentales, centros de rehabilitación y fisioterapia, parafarmacias, residencias geriátricas y centros de día son:  naranja, canela-vainilla, melocotón, capuchino, mojito, vainilla intensa, naranja-canela, tomillo-romero, melón, café, té blanco y café molido. Por lo demás, está el hecho de que se puede crear un aroma corporativo específico u odotipo si así se desea.

Establecimientos y negocios relacionados con la salud de las personas, como consultas médicas, recuperación o rehabilitación, exámenes físicos, pruebas de análisis o con equipamiento médico necesitan ofrecer un ambiente agradable, acogedor y relajante. Los aromas tienen más presencia de la que inicialmente parece y pueden influir notablemente en el futuro de un negocio.